lunes, 9 de marzo de 2015

HISTORIA BASADA EN UN TRABALENGUAS

TRABALENGUAS



Basado en:

Guerra tenía una parra y Parra tenía una perra.
 La perra de Parra mordió la parra de Guerra,
  y Guerra, con una porra, pegó a la perra de Parra.




Roberto era un señor muy bajo y regordete, que vivía en una rocosa ciudad en Francia. Era conocido por ser el único hombre en toda la región que no tenía un trabajo. No era que no quisiese tener un trabajo, sino que no era capaz de levantarse del sofá. 

Como era muy vago, no hacía nada: sólo se levantaba para recoger el pan que dejaban en la puerta de su casa, y para recoger la comía recién hecha de su mujer. No se levantaba para nada más, ya que incluso dormïa en el sofá.

 Un día, al ver que a su mujer la habían despedido de la ferretería, una ferretería situada justo en el centro de la plaza de la región, que era un gran privilegio en esa ciudad, ya que era una ciudad muy poblada, y la población no dejaba de crecer, decidió que ya era hora de hacer algo. 

Estuvo leyendo el periódico que, cómo no, le había traído su mujer del quiosco, durante más de dos horas, buscando anuncios y anuncios de trabajos disponibles: pescadero, fontanero o músico en una orquesta. Rápidamente, descartó músico, ya que no sabía tocar ni un instrumento, y decidió probar con pescadero.

 Al día siguiente, se dispuso a dirigirse a la pescaeria, pero no pudo. ¿ Cómo levantarse del sofá ? Sólo se levantaba para lo antes nombrado. Movió un pie y luego otro, los colocó sobre el suelo, apoyó sus manos en el sofá, hizo agarre de todas sus fuerzas y se levantó. Esto le produjo una extraña sensación: ¡ se había levantado para ir a trabajar ! ¿ Cómo podía ser eso ? Luego recordó por qué lo hacía: mantener a su familia. Bueno, solamente a él y a su mujer, pero eso no importaba. 

Se vistió ( porque llevaba toda su vida en pijama, no con el mismo, pero bueno ) y salió por la puerta. Ya no recordaba la sensación que producía sentir la brisa en la cara, disfrutar de la luz y el calor del sol y ver a la gente paseando. 

Veía niños jugando en el parque y mujeres comprando en mercados y tiendas. Al llegar a la pescadería, se dio cuenta de que ese trabajo no era para el. ¿ Limpiar pescado con tus propias manos ? No. Pero aún así tuvo que hacerlo. Fontanero tampoco era su trabajo ideal. ¿ Qué sabía el de tuberías ?

 Al llegar a casa, decepcionado se sentó en el sofá. Se puso a pensar que podía hacer. Miró el frutero y fijó su mirada en el racimo de uvas. De repente, tuvo una gran idea. ¿ Por qué no montar una viña ? Si tenía éxito, podría sacarles adelante.

 Al día siguiente, se puso manos a la obra: compró más de cien kilos de uvas, un cubo de madera muy grande y muchísimas botellas de vidrio. Metió las uvas ya limpias, sin pepitas, en el cubo, y las machacó.

 En unos días, " Viña Roberto " era conocida por toda la ciudad. La noticia corría de boca en boca. Gracias a esto consiguieron salir adelante, e incluso pidieron comprarse una nueva casa. 

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