ALGO HA OCURRIDO EN EL RÍO
Hace muchos, muchos años, en la era prehistórica, vivía una pequeña familia formada por padre, madre, hijo e hija, que habitaban en una gran cueva en el norte de Cantabria. Sólo comían lo que cazaban. El padre se despertaba antes de que amaneciera para intentar cazar a los bisontes que bebían agua fresca del río.
Un día, el padre volvió a la cueva sin nada entre las manos, lo que era raro, pues era un gran cazador. Vió que los niños aún no habían despertado, y la madre estaba haciendo un fuego para cocinar el que sería su desayuno y, con un poco de suerte, también su comida y cena. Al ver que su marido llegaba del río sin nada en las manos, le preguntó:
- ¿Qué ha ocurrido?
- He ido al río pero no había nada. - Respondió él con cara de decepción.
- No pasa nada, vuelve cuando el sol ya se halla puesto y seguro que encuentras algo para la comida y la cena. -Dijo ella, tranquila.
El hombre volvió por la tarde pero se encontró con una gran decepción: otra vez el río estaba desierto.
Apenado, volvió a casa, donde su familia, incluso sus hijos, que ya se habían despertado, le esperaban ansiosos por ver cuál iba a ser su comida.
- Lo siento mucho, pero otra vez no he conseguido cazar nada a causa de que el río estaba desierto, y ni los pájaros lo sobrevolaban. - Dijo el padre con cara de decepción.
La madre dijo que debía de estar pasando algo, y que lo mejor que podían hacer era ir todos juntos al río. Los niños estuvieron de acuerdo, y dijeron que usarían las lanzas que su padre le había elaborado para ellos con tanto esmero el día anterior.
Y, decididos y listos para partir, con sus lanzas y antorchas, todos salieron apresuránduse hacia el río por un camino muy empinado.
Vieron a una gacela que se alejaba y la siguieron.
Para su sorpresa, les llevó a un mundo diferente, en el que los hombres y las mujeres vivían en chozas. Vieron que caminaban más erguidos que ellos y que llevaban ropas más elaboradas. También observaron que tenían vasijas donde guardaban los cereales, y que todos los animales que se habían ido estaban allí, donde los hombres los domesticaban, y así conseguían alimento. Asombrados, se quedaron allí para siempre, en una nueva era de la prehistoria que era más civilizada.
FIN